Gedicht
Federico Díaz-Granados
LODGING HOUSE
I’ve never met the lodgers of my life.I’ve never known when they come in or out,
or in what unknown station they give rest to their miseries.
Women have gone out of this body slamming the door,
complaining about my sadness,
and in some seasons they’ve grumbled about the humidity,
about too much cold, or some strange mildew in the cupboard.
They always go away without paying, the lodgers of my life,
and once again there is no one on the patio
of this lodging house where it is always night.
© Translation: 2008, Nicolás Suescún
HOSPEDAJE DE PASO
HOSPEDAJE DE PASO
Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida.No he sabido cuando salen, cuando entran,
en qué estación desconocida descansan sus miserias.
Las mujeres han salido de este cuerpo a los portazos
quejándose de mi tristeza,
en algunas temporadas se han quejado de humedad
de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena.
Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida
y el patio queda nuevamente solo
en este hotel de paso donde siempre es de noche.
© 2003, Federico Díaz-Granados
From: Hospedaje de paso
Publisher: Colección “Viernes de poesía”, Universidad Nacional de Colombia, Bogota
From: Hospedaje de paso
Publisher: Colección “Viernes de poesía”, Universidad Nacional de Colombia, Bogota
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HOSPEDAJE DE PASO
Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida.No he sabido cuando salen, cuando entran,
en qué estación desconocida descansan sus miserias.
Las mujeres han salido de este cuerpo a los portazos
quejándose de mi tristeza,
en algunas temporadas se han quejado de humedad
de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena.
Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida
y el patio queda nuevamente solo
en este hotel de paso donde siempre es de noche.
From: Hospedaje de paso
LODGING HOUSE
I’ve never met the lodgers of my life.I’ve never known when they come in or out,
or in what unknown station they give rest to their miseries.
Women have gone out of this body slamming the door,
complaining about my sadness,
and in some seasons they’ve grumbled about the humidity,
about too much cold, or some strange mildew in the cupboard.
They always go away without paying, the lodgers of my life,
and once again there is no one on the patio
of this lodging house where it is always night.
© 2008, Nicolás Suescún
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