Meira Delmar
THE FLOWERING TREE
Against the blue of the sky – the sky so clean
that seems to be washed by the hands of God –
How well the tree looks , softly inclined
under the rosy weight of his flowering branches!
I see him leaning his forehead on the white panes
of the window; and he reminds me,
all full of flowers, butterflies and trills¸
of a small poem he used to recite . . .
Who knows of the things the moon tells him
when she comes at night to talk with him!
Many a time I’ve seen him ecstatic listening to her
strangely peaceable until dawn comes . . .
And the breeze no longer runs naked through the fields!
He, every morning, when he sees her walk by,
throws such a pretty satin cape
over her shoulder, in a gentle gesture.
We have been, for some time, the best of friends!
And I, who never tell anybody of my secret love,
have let his soul come near to my lips . . .
and have given everything to the good, flowering tree!
EL ÁRBOL EN FLOR
EL ÁRBOL EN FLOR
Contra el azul del cielo – este cielo tan limpioque parece lavado por la mano de Dios –
¡qué bien hace aquel árbol, dulcemente inclinado,
bajo el rosado peso de su ramaje en flor!
Apoyada la frente en los cristales blancos
del ventanal, lo miro: y me recuerda así
todo lleno de flores, mariposas y trinos,
un pequeño poema que él solía decir . . .
¡Quién sabe qué de cosas le contará la luna
cuando en las noches viene a conversar con él!
Muchas veces lo he visto extasiado, escucharla
extrañamente quieto hasta el amanecer . . .
¡Y ya no va la brisa desnuda por los campos!
Él, todas las mañanas, cuando la ve pasar,
una capa muy linda de pétalos de raso
a los hombros le tira, con gentil ademán.
¡Somos hace ya tiempo, los mejores amigos!
Y, que a nadie digo mi secreto de amor,
he dejado que el alma se me acerque a los labios,
¡y se lo he dado todo al buen árbol en flor!
From: Meira del Mar — Poesía y prosa
Publisher: Ediciones Uninorte, Barranquilla
EL ÁRBOL EN FLOR
Contra el azul del cielo – este cielo tan limpioque parece lavado por la mano de Dios –
¡qué bien hace aquel árbol, dulcemente inclinado,
bajo el rosado peso de su ramaje en flor!
Apoyada la frente en los cristales blancos
del ventanal, lo miro: y me recuerda así
todo lleno de flores, mariposas y trinos,
un pequeño poema que él solía decir . . .
¡Quién sabe qué de cosas le contará la luna
cuando en las noches viene a conversar con él!
Muchas veces lo he visto extasiado, escucharla
extrañamente quieto hasta el amanecer . . .
¡Y ya no va la brisa desnuda por los campos!
Él, todas las mañanas, cuando la ve pasar,
una capa muy linda de pétalos de raso
a los hombros le tira, con gentil ademán.
¡Somos hace ya tiempo, los mejores amigos!
Y, que a nadie digo mi secreto de amor,
he dejado que el alma se me acerque a los labios,
¡y se lo he dado todo al buen árbol en flor!
THE FLOWERING TREE
Against the blue of the sky – the sky so clean
that seems to be washed by the hands of God –
How well the tree looks , softly inclined
under the rosy weight of his flowering branches!
I see him leaning his forehead on the white panes
of the window; and he reminds me,
all full of flowers, butterflies and trills¸
of a small poem he used to recite . . .
Who knows of the things the moon tells him
when she comes at night to talk with him!
Many a time I’ve seen him ecstatic listening to her
strangely peaceable until dawn comes . . .
And the breeze no longer runs naked through the fields!
He, every morning, when he sees her walk by,
throws such a pretty satin cape
over her shoulder, in a gentle gesture.
We have been, for some time, the best of friends!
And I, who never tell anybody of my secret love,
have let his soul come near to my lips . . .
and have given everything to the good, flowering tree!